Un día cualquiera

“Cuando es tiempo de mirar desde arriba. Cuando tus decisiones, tus pensamientos, tus opiniones no son ley. Cuando toleras. Cuando das importancia a lo que realmente la tiene. Cuando tu propósito vale más que una particular forma de ver las cosas. Cuando estás decidido…

Habrás limpiado el camino de piedras, de baches, de hoyos y de cualquier obstáculo que distraiga tu atención de lo que verdaderamente importa”.

Un día Cualquiera (Cara A)

Vaya por delante que soy emprendedor, de esos que tienen el culo inquieto. Sin embargo me he propuesto seguir las “recomendaciones” de los anuncios, post, frases, de las redes sociales para mejorar mi vida y alcanzar mi sueño.
Me he levantado a las 5:30 de la mañana. He hecho mi meditación diaria de 15 minutos donde he conectado con mi “Yo superior”. Llevamos tiempo discutiendo sobre el sentido del Universo y no conseguimos ponernos de acuerdo. Sin embargo, le estoy cogiendo aprecio al jodío.

Chándal y media horita de carrera por el parque de alrededor de mi casa. Siempre me encuentro con los mismos “tarados” que salen a correr como yo, sin intentar ganar un premio. Ahora la temperatura es aceptable, veremos a ver en pleno invierno cuando esté jarreando si seguimos manteniendo esa sonrisa desafiante en la boca.

Ducha y desayuno, vestido que es más higiénico. Té verde sin azúcar y una tostada de pan de cereales con aceite de oliva de primera prensada. Cuesta acostumbrarse, pero la vida sana tiene su peaje. Si te digo asco, miento, si te digo qué rico, vuelvo a mentir. Perdonar pero tengo que ir al excusado… Por fin., confieso que en ocasiones echo de menos ese veneno llamado azúcar blanco. Mi reino por un donuts.

Al ataque… Mi primer plan del día es acudir a un seminario sobre ventas. Quiero hacer un inciso a estas alturas del reportaje. Hace 3 días que he dejado de fumar y me he quedado sin uñas. Me lo como todo. Antes de que empiece el seminario el escozor en los dedos se hace insoportable. ¡Me cago en la leche! El ponente de hoy hizo un curso de emprendimiento conmigo. Voy a hacerle caso, si él ha llegado hasta aquí… A bote pronto, 30 personas por 10€… Pero la conclusión del seminario es clara y firme. Tengo que vender mi producto haga o no haga falta al que escucha. Madre mía, el ponente me ha pillado distraído y le he comprado un curso online de 300€. Si no aprendo a vender es para matarme.

Mientras el diablo de mi hombro izquierdo me dice que me eche un cigarrito, pienso en que algo estoy haciendo mal. Menudo muñón estoy hecho. Me veo reflejado en el escaparate de una conocida marca de ropa meneando la cabeza. Por cierto, el maniquí que lleva una gorra con la visera hacia atrás, con unos pantalones vaqueros rotos y unas zapatillas de lunares sin cordones, tiene una sonrisa de oreja a oreja. ¿Se estará riendo de mí?

Es la hora de comer y no llego a casa. Tengo que comer por el camino. Dudo si entre una ensalada de quinoa o un bocadillo de panceta con mahonesa. Es broma, ensalada de quinoa, por supuesto. Y de postre un té, esta vez rojo para que no se me haga monótono el tema.

Hoy voy a tope, además a sabiendas que la entrevista con el responsable de RRHH puede cambiar mi futuro. Nervioso, a esto nadie se acostumbra, pero seguro de mi mismo. La nueva estrategia es hacerte valer. No eres tú el que necesita a la empresa, es la empresa la que te necesita a ti. Ese planteamiento inicial en la entrevista dejó al entrevistador sin palabras… Hasta el punto que sin abrir la boca y con el dedo índice, me señaló la puerta de salida. Supongo que al ver mi cara entre asustado, cabreado, hambriento pero en forma, se decidió a decir cortésmente: “gracias, ya le llamaremos”.

Perdida la batalla pero con una guerra por ganar, bajo las escaleras de esa multinacional con unos espantosos rugidos en el estómago. Al llegar a la calle, el cansino del diablillo negro comiéndome la oreja otra vez, “fúmate ese cigarrito que lo estás deseando”. ¿Dónde puñetas se habrá metido el angelito blanco? Seguro que se ha quedado en el seminario de ventas… Falta le hace, no da ni una.

Abro Facebook a ver si me alegran el día. ¡Solo 15 me gusta y un par de me encanta a una frase que tardé dos horas en crear “Si lloras por no haber visto el Sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas! No me lo puedo creer, Ainhoa ni me gusta ni me encanta. Pues si se cree que le voy a dar me gusta a su próxima publicación lo lleva claro.

Llego a casa, cansado de patear la ciudad, usando transporte público. ¡Cómo me aprieta el zapato! Se me ha pasado hasta el hambre. Hoy ceno un vasito de leche de soja, un par de esos deliciosos discos de arroz y un té negro. Estoy desconectado porque hace tiempo que no pongo la televisión. ¿Qué habrá pasado con Daneris? En fin, a la cama temprano que mañana hay que madrugar.

Tumbado en la cama me dispongo a hacer mi meditación nocturna. Esta mañana dejé a mi Yo superior con la palabra en la boca. Voy a reconciliarme con él.

Un día Cualquiera (Cara B)

Vaya por delante que soy emprendedor, de esos que tienen el culo inquieto. Sin embargo me he propuesto seguir las “recomendaciones” de los anuncios, post, frases, de las redes sociales para mejorar mi vida y alcanzar mi sueño.

Me he levantado a las 5:30 de la mañana. He hecho mi meditación diaria de 15 minutos donde he conectado con mi “Yo superior”. Es increíble la sensación de paz y bienestar cuando consigues abstraerte de lo que te rodea. Sé que conseguiré mi objetivo, sólo tengo que imaginar y poner toda mi intención y atención en lo que ya sé que es realidad. Podría estar tiempo meditando pero el día me espera.

Me coloco mi ropa de deporte y me dispongo a correr. Con media hora es suficiente. Además estoy creando hábito y eso es bueno. Espero encontrarme con mis “compis” corredores. Aprovechamos el buen tiempo pero no nos preocupa si llueve o truena. Esta carrerita mañanera hace que tengamos esa cara de felicidad que nos acompañará todo el día.

Una ducha y a desayunar. Voy a vestirme informal porque me toca caminar. Té verde sin azúcar y una tostada de pan de cereales con aceite de oliva de primera prensada. Sé que tiene efecto limpiador y me dará energía para empezar el día. No echo de menos el azúcar ni la bollería industrial. Está comprobado el daño que hace al organismo.

A por ello… Mi primer plan del día es acudir a un seminario sobre ventas. Quiero hacer un inciso a estas alturas del reportaje. Hace 3 días que he dejado de fumar y me siento liberado. He puesto todo mi empeño y no ha sido fácil. Tengo que confesar que me sigo mordiendo las uñas pero es un mal menor que poco a poco desaparecerá. ¡Qué sorpresa! El ponente de hoy hizo un curso de emprendimiento conmigo. Es una oportunidad para aprender de él. Al final cualquier seminario es un “ganar ganar” y el precio del mismo está bien pagado. Es un fenómeno, voy a comprarle una ampliación en forma de curso online. Vale 300€ pero es una inversión a corto plazo.

Paseando por el centro me paro en el escaparate de una marca conocida de ropa. De vez en cuando me dan ganas de fumar pero estoy fuerte en mi propósito. ¡Cómo cambian las modas! Hace unos años era impensable vestir con una gorra con la visera hacia atrás, con unos pantalones vaqueros rotos y unas zapatillas de lunares sin cordones. Con esa indumentaria está feliz hasta el maniquí.

Es la hora de comer y no llego a casa. Tengo que comer por el camino. Dudo si entre una ensalada de quinoa o sándwich vegetal con huevo. Me decanto por la ensalada y la voy a acompañar con un té rojo. Todavía queda mucho por hacer y no quiero sentirme pesado.

Hoy voy a tope, además a sabiendas que la entrevista con el responsable de RRHH puede cambiar mi futuro. Nervioso, a esto nadie se acostumbra, pero seguro de mi mismo. La nueva estrategia es hacerte valer. No eres tú el que necesita a la empresa, es la empresa la que te necesita a ti. Ha sido una conversación corta pero efectiva. He podido mostrarle mi proyecto a groso modo y espero le haya gustado. Hay que ver que escuetos son algunos entrevistadores. “gracias, ya le llamaremos”, han sido sus últimas palabras.

Otra batalla más, pero la guerra continúa. Ahora sin tensión y después de la entrevista se me agudizan las ganas de fumar. Pero soy inquebrantable y me mantengo firme. El estómago empieza a rugir, es hora de ir pensando en la cena.

Abro Facebook a ver qué hay de nuevo. ¡Vaya! 15 me gusta y un par de me encanta a una frase tan famosa  “Si lloras por no haber visto el Sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas” Tengo que llamar a Ainhoa, hace mucho tiempo que no sé nada de ella. Ni siquiera se conecta a Facebook y espero que esté bien. Siempre me han gustado sus publicaciones.

Llego a casa, cansado de patear la ciudad usando transporte público. Es una locura hacerlo de otra manera. Espero nos concienciemos de una vez por todas de la necesidad de cuidar el medio ambiente.  ¡Cómo me aprieta el zapato! Se me ha pasado hasta el hambre. Hoy ceno un vasito de leche de soja y un par de esos deliciosos discos de arroz con un té negro.  Estoy desconectado porque hace tiempo que no pongo la televisión. Al final solo muestran problemas y te vas a dormir con mal cuerpo. En fin, a la cama temprano que mañana hay que madrugar.

Tumbado en la cama me dispongo a hacer mi meditación nocturna. Quiero recuperar la conexión con mi “Yo superior”. Me proporciona la paz que necesito y me ayuda a limpiar el camino de obstáculos.

Sin juicios…

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