A través de un proceso de coaching, más allá de la consecución del objetivo, se obtiene un valor fundamental a la hora de afrontar los retos que están por venir: Autoconocimiento. En mis conferencias siempre recomiendo dedicarnos cinco minutos diarios a conversar con nosotros mismos, a preguntarnos si estamos donde queremos estar.
Un alto porcentaje de las personas que inician un proceso de autorrealización, cambian de objetivo una vez evaluadas sus creencias y valores. Es la razón por la que en un proceso Ikigai, dedicamos las primeras sesiones a trabajar sobre las preguntas que asientan los 4 pilares de su ya conocida flor.
¿Qué hace que te levantes cada mañana, qué amas hacer?
Levantarse e iniciar un nuevo día debería ser un acontecimiento feliz. Sin embargo la mayoría de las personas dicen levantarse porque no les queda más remedio. Tienen que trabajar y están sujetos a un horario. La llegada del fin de semana es un alivio, esos días libres que te permiten olvidar, pero que no terminas de disfrutar ante la inminente e inevitable llegada del próximo lunes.
Noche tras noche conciliamos el sueño después de imaginarnos cómo sería nuestra vida si…. Imaginar es el primer paso pero pocos se atreven a seguir avanzando en aquello que hará de levantarse cada mañana una fiesta, te dibuje una sonrisa y te haga feliz sabiendo que será otro día pleno en tu vida.
¿Qué haces como nadie, en qué eres bueno?
Porque eres bueno, muy bueno haciendo eso que te gusta. Y en esos ratos muertos en la oficina sueñas despierto y te ves haciendo eso que haces como nadie. Nostalgia y resignación por lo que podías llegar a ser, ¿Lo has intentado alguna vez?
¿Te pagarían por eso que haces tan bien?
Es difícil no triunfar cuando sabes hacer algo muy bien y además lo realizas con pasión. La ilusión ya la has puesto al tomar las riendas de tu vida. Ya estás fuera de esa zona de confort y apuestas por dar un giro radical. ¿Y si conviertes esa habilidad en tu forma de vida?
¿Es algo que el mundo o la sociedad necesita?
Esta parte tiene mucho que ver con esa pregunta poderosa que utilizamos los coaches, ¿Cuál quieres que sea tu legado? Aquí radica la diferencia entre pasar por la vida y vivirla con todas las consecuencias. Como ser social, hazte consciente de todo lo que puedes aportar.
La intersección entre los cuatro pilares Ikigai proporcionan un mapa claro de las áreas de vida a las que hay que dedicar más esfuerzo. Muchos preguntan si es necesario completar las cuatro columnas para ser feliz, pero la respuesta sólo la tiene el cliente. El concepto de felicidad es diferente para cada persona.
Trabajamos sobre la idea de que en estas primeras sesiones consigan establecer un diálogo con su Yo más profundo acerca de su situación ambiental, donde se enfrentarán a sus creencias y sobre todo a sus valores. Sin darnos cuenta hemos completado un trabajo de fondo, hemos eliminado dudas y tomado conciencia de lo que queremos realmente. Estamos en disposición de marcar un objetivo real, ecológico y alcanzable en el tiempo.